El Economista: ¿El BCRA debe cambiar la meta de 2018?
[:es]Este artículo puede leerse completo en la web de El Economista, publicado el 18 de octubre de 2017.
Por Mariano Cúparo Ortiz
El BCRA tiene dos grandes problemas: la dificultad hasta ahora mostrada para consolidar un ritmo de desinflación que logre romper el piso inercial de 20-25% de inflación interanual de los últimos años y la complicación para lograr convencer a los actores de que sus metas serán cumplidas. Así, con una meta informal de 2016 (pautó 25% y fue 41%) y una formal de 2017 (12-17% y sería 23-24%) ya incumplidas, muchos analistas piensan que debería cambiar las metas 2018.
La meta 2018 apunta a un IPC interanual, en diciembre, de 8-12% (en realidad apunta a 10% con 2 puntos de margen). Lo cierto es que muy pocos creen que vaya a lograrlo y uno de los canales clave de un régimen de metas de inflación es justamente la credibilidad, la alineación de expectativas de los actores a la hora de poner sus precios. El REM espera para diciembre de 2018 una interanual de 15,8%.
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Cambió el contexto
Para el director de EPyCA Consultores, Martín Kalos, que considera que la meta debería ser similar al 15,7% promedio que planteó el Presupuesto (e incluso ve un problema en que Hacienda persiga promedio y el BCRA interanual en diciembre) el problema no es tanto de falta de sentarse y coordinar sino que las metas de inflación fueron pensadas y anunciadas con la idea de cierto sendero de ajuste fiscal y tarifario que, luego, por cuestiones de política se modificaron.
Consultado por El Economista explicó el punto: “Hay que recordar que las metas se pensaron y anunciaron cuando estaba Alfonso Prat-Gay en Hacienda. El problema por el cual se separa la meta de la inflación real es que hay una cantidad de modificaciones de precios relativos. Y el problema es que la política monetaria las previó mucho más rápidas y que a esta altura iba a estar más controlado todo. En cambio, por temas políticos y legales, se dio un ajuste más gradual y sostenido en el tiempo. Todos los años tenés aumentos”.
Para Kalos, el BCRA tiene una excusa perfecta para modificar sus metas sin afectar su credibilidad: fueron pensadas con un sendero fiscal determinado y luego ese sendero se modificó. Nuevo sendero fiscal, nuevo sendero tarifario, nuevas metas.
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