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Cómo abrir el cepo, la gran discusión argentina

Cómo abrir el cepo, la gran discusión argentina

Cómo abrir el cepo, la gran discusión argentina

Esta columna escrita por martín kalos fue publicada en el portal letra p. Puede leerse en ese sitio haciendo click aquí.
La campaña volvió a gatillar la controversia. Hay consenso: la cerradura cambiaria está agotada y distorsiona la economía. ¿Shock o gradualismo para salir?

Hoy, entre las cosas más cercanas a un consenso que existen entre economistas está la necesidad de salir del cepo. Los controles y las restricciones fueron parches de emergencia dispuestos en tiempos de crisis a la espera de soluciones de fondo que nunca llegaron.

La cerradura cambiaria agotó completamente su capacidad de ser un parche efectivo: hoy, sólo ralentiza, pero no detiene, la pérdida de reservas internacionales, mientras distorsiona de manera perversa las decisiones productivas, de inversión, de ahorro y de expansión para empresas y familias.

El contexto que heredará el próximo gobierno, sea del signo político que sea, es complejo:

  • Inflación aceleradísima con varios precios relativos que requieren ser actualizados: tarifas de servicios públicos, salarios y el tipo de cambio oficial.
  • Múltiples tipos de cambio paralelos con precios que duplican al oficial, que avalan continuas posibilidades de arbitraje financiero y generan incentivos más relevantes para las empresas y familias que cualquier otra decisión financiera.
  • Falta de credibilidad en el tipo de cambio oficial, cuyo correlato es la expectativa de una devaluación mayúscula que lleva a que las importadoras suban precios para cubrirse a futuro e inhibe o pospone exportaciones.
  • Recesión económica impulsada por la sequía, pero también por la falta de dólares para importar insumos para la industria. La buena noticia es que en 2024, ya sin sequía, la campaña agrícola expandirá el nivel de actividad.
  • Endeudamiento imposible de pagar en el corto plazo. Tanto deuda pública, con el FMI como acreedor principal, como privada (por ejemplo, importaciones cuyos pagos han sido postergados).
  • Crisis social explicada por la precarización laboral, menor poder adquisitivo de los ingresos familiares (sueldos, jubilaciones o planes sociales), pobreza y desigualdad en alza. Son problemas agudizados en estos tiempos, pero que se montan sobre una estructura social vulnerada desde hace décadas. Esta crisis deja una mecha mucho más corta que la que heredó cualquier otro gobierno argentino a la hora de pensar políticas.
  • Entramado productivo cada vez más atrasado tecnológicamente y más agotado de lidiar con burocracias. Las empresas argentinas necesitan soluciones, financiamiento, facilitación de negocios y una perspectiva mejor para sus ventas.

De golpe, no

Está claro que sostener el cepo es un problema impide el ingreso de dólares e incentiva encontrar mecanismos para sacar divisas. La maraña de controles cambiarios y restricciones a las importaciones es tan rebuscada y ubicua que eliminarlo es imposible sin cometer errores. Salir del cepo de golpe amplifica los riesgos de profundizar problemas sociales y productivos sin lograr “normalizar” la economía.

¿Qué podría generar un impacto de magnitud difícil de prever? La imposibilidad de girar utilidades al exterior y la deuda comercial postergada, los pagos por turismo o compras en el exterior pospuestas, la dolarización de ahorros y la demanda para comprar mercancías valuadas en divisas (por ejemplo, inmuebles) son algunas. La pregunta es de dónde saldrían esas reservas. Además, una aceleración de la inflación debido a una devaluación abrupta podría agravar aun más la pobreza.

Si se saliera repentinamente del cepo, la concreción de cualquiera de estos riesgos podría negarle la oportunidad de llegar a buen puerto al intento de estabilización.

Por otra parte, tampoco se trata de desregular por completo los flujos financieros, error que ya cometió Mauricio Macri y terminó con la crisis 2018-2019 y su propia reimposición del cepo; sino de volver a un esquema más razonable que acomode el esquema de incentivos.

Paso a paso

Un verdadero “plan de estabilización”, que incluya con toda claridad reglas fiscales y monetarias que le den sustentabilidad de mediano plazo, requiere una secuencia de un paso a la vez.

No se puede seguir financiando con emisión monetaria un déficit que en buena medida se explica por los subsidios a la energía, en vez de atender las urgencias sociales y políticas que aporten al desarrollo. Esto implica tanto reducir ese gasto, de manera de no tener que recurrir al financiamiento del BCRA, como reorientar parte de ese gasto para atender las necesidades más urgentes de la población trabajadora que se encuentra bajo la línea de pobreza.

Cada medida significará más demanda del dólar oficial y, por ende, cierta devaluación, que debe ser bien calibrada para evitar excesos. Esas subas del tipo de cambio acelerarán (momentáneamente, si todo sale bien) la inflación. Sólo tiene sentido hacerlas si efectivamente sirven para corregir problemas, eliminar parte del cepo y dar mayor sustentabilidad al proceso de estabilización a mediano plazo.

El primer paso concreto es conseguir reservas: sin un colchón básico, cualquier salida del cepo será catastrófica. A la par, debe reducirse el déficit fiscal de manera de no requerir financiamiento del BCRA para cubrirlo.

Luego, sería lógico comenzar por liberar importaciones (y sus pagos) para que pudiera crecer la actividad económica y restituir la posibilidad de girar utilidades a las casas matrices en el exterior para comenzar a captar algo de la enorme necesidad de capitales que tiene Argentina.

Esto implica una administración de un tipo de cambio oficial más alto que el actual y, también, saber usar el factor sorpresa en la política pública: algunas medidas, magnitudes y plazos de implementación deben ser diferentes a los que los actores del mercado esperarán y, por ende, no pueden escribirse ni comentarse previamente.

Urgente e ineludible

Salir del cepo es necesario para generar condiciones mínimas para empezar a crecer de manera virtuosa y sostenida:

  • Atracción de inversiones. Argentina tiene recursos naturales y una fuerza laboral capacitada, pero necesita capital y avance tecnológico. Despejar las dudas para quien invierte, sobre cómo se apropiará de sus ganancias, no depende sólo de liberar el cepo, pero es un primer paso indispensable.
  • Acceso a financiamiento internacional. Es imprescindible para ayudar a la inversión y la expansión productivas y para abaratar los costos financieros de lo que las empresas argentinas ya están emprendiendo.
  • Tipo de cambio más competitivo para exportar. Se necesita vender más mercancías que sólo las agropecuarias, mineras y energéticas que aprovechan la riqueza de nuestros suelos y subsuelos.
  • Internacionalización de empresas nacionales. Hacen falta divisas para capacitarse en el exterior, participar en ferias o misiones comerciales, exportar, asociarse con firmas foráneas, abrir oficinas comerciales y transnacionalizar.

El levantamiento del cepo cambiario no alcanza por sí solo, pero es una necesidad ineludible para la economía argentina. Desarmarlo requiere una alta capacidad de planificación y ejecución del equipo económico, mucha coordinación con el sector privado y un paso a paso que produzca confianza en el éxito de la estabilización económica.

 

En este informe audiovisual de la agencia de noticias francesa AFP utilizan parte de una entrevista realizada a nuestro director Martín Kalos, que fue publicada más ampliamente en versión escrita.

Restaurantes repletos, extensas filas para entrar al teatro, conciertos que agotan sus boletos en horas, los argentinos de poder adquisitivo responden con un frenesí de consumo ante la escalada de la inflación, que acumuló 114% en los últimos 12 meses.