2016, un año de transición económica entre diagnósticos tardíos y problemas de ejecución
[:es]Esta columna fue publicada originalmente en Diario BAE el 27/12/2016.
El diagnóstico de Cambiemos fue claro. El resultado es por ahora dispar.
Martín Kalos
@martinkalos
Especial para BAE Negocios
El diagnóstico de Cambiemos fue claro. La economía se encontraba paralizada, sin creación genuina de empleo desde 2011 y con baja competitividad, debido a una política demasiado orientada a la demanda interna pero con reglas de juego que impedían que la oferta creciera a la par. El gasto público, financiado con emisión monetaria, era a la vez el causante último de la inflación elevada.
Hacía falta, entonces, recomponer la confianza para conseguir inversiones privadas (para lo cual alcanzaría con la seguridad jurídica garantizada por Macri), financiamiento externo (que requería cerrar el acuerdo con los holdouts), corregir el déficit fiscal (bajando los subsidios) y recomponer la tasa de ganancia y la competitividad (con quitas de retenciones y devaluación).
El resultado es por ahora dispar. Hubo ciertos problemas en los diagnósticos: la emisión monetaria no era la única causa de la inflación. Por eso, pese a la política monetaria contractiva del BCRA, los precios se aceleraron por la suba de tarifas y la devaluación. Esto fue tardíamente reconocido por el Gobierno, abocado en el segundo semestre a bajar la inflación.
Otros inconvenientes se encontraron en la ejecución: la suba de tarifas no pudo ser tan abrupta como se pretendía, y por ende la baja de subsidios fue menor a la esperada. Por eso el principal ahorro de gastos por parte del Gobierno fue paralizar la obra pública. Esto no puede sostenerse, tanto por una cuestión política (la construcción es una gran fuente de empleo) como por la necesidad de ampliar la deficiente infraestructura para mejorar la productividad. La pragmática y hasta un poco forzada decisión de no reducir (aún) el déficit fiscal es un problema fundamental para el rumbo económico que desea Cambiemos.
¿Cómo sostener este déficit sin recurrir a más emisión? Una parte se financiará con lo recaudado en el blanqueo fiscal más exitoso de la historia argentina. La porción mayor del déficit se solventa con el retorno a los mercados internacionales de capitales, habiendo emitido más de U$S 50.000 M e incrementado la deuda pública externa en 25%.
Pero la conjunción de más pobreza, más desempleo y menor salario real contrajeron el mercado interno; y las ganancias de competitividad se concentraron en sectores productivos tradicionales, con el agravante de que nuestros principales socios comerciales se hallan inmersos en sus propias crisis. Ante la falta de intensidad de las demandas interna y externa, no hay aún incentivos para la inversión privada.
Este es hoy el mayor problema del equipo económico de Cambiemos: cómo equilibrar la recomposición de la demanda interna con una mejora de la productividad y la inversión privada, para así reorientarse como un país exportador, en el marco de su búsqueda política de consolidar su poder institucional en las elecciones de 2017.
* Director de EPyCA Consultores[:]